
La construcción de la segunda estación del Teleférico de Santo Domingo Oeste, ubicada en el barrio Buenos Aires de Herrera, ha generado preocupación entre padres de estudiantes del colegio La Hora de Dios y vecinos del sector, debido al ruido, el polvo y los peligros que representan los hoyos y varillas expuestas alrededor del plantel educativo.
Progenitores de alumnos denunciaron que varios niños se han enfermado por el polvo generado por las excavaciones, y que para entrar y salir del centro educativo deben exponerse a estructuras metálicas y a profundos hoyos llenos de agua en el entorno inmediato del centro educativo.
La estación se levanta en el área que ocupa el colegio dirigido por la orden religiosa Concepcionista Misionera de la Enseñanza, donde también funcionan la casa de las monjas y un seminario. Justo en una de las entradas del plantel y en plena calle San Martín de Porres se realizan excavaciones para la colocación de columnas y demás estructuras de la obra.
Según los padres, el ruido de las grúas, taladros y maquinarias pesadas impiden la concentración de los estudiantes, mientras que la constante polvareda ha provocado problemas respiratorios en algunos de ellos.
- «El polvillo les entra directamente porque el centro tiene que mantener las ventanas abiertas; no tiene aire acondicionado. Las ventanas deben estar abiertas para ventilar, pero lo que entra ahora es el polvo de la obra, y el ruido de las maquinarias los afecta», afirmó uno de los padres, quien pidió mantener su nombre en reserva. Agregó que inicialmente la estación no sería construida en ese lugar, pero que a última hora se escogió «la peor ubicación».
Los trabajos están a cargo del Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo (Fitram).
Ante la situación, un grupo de padres envió cartas al presidente de la República, Luis Abinader; a la primera dama, Raquel Arbaje; al Ministerio de Educación y a otras instituciones, sin recibir respuestas. Advirtió que las condiciones peligrosas alrededor del colegio amenazan el aprendizaje y ponen en riesgo la integridad física y la salud de sus hijos, debido a la contaminación sónica y ambiental.
