Jennifer Mateo, una madre soltera de 33 años, se convierte en motoconchista para garantizar el futuro de su hija

Jennifer Mateo, de 33 años, residente en el sector Los Guaricanos y madre soltera, tomó la decisión hace cuatro años de integrarse al mundo informal del motoconcho para llevar el sustento a su familia.
El deseo de poner en marcha su propio negocio es lo que la motiva cada día a levantarse y luchar por sus metas.
«Se ve fácil, pero uno coge mucha lucha. Una está expuesta al peligro, a un accidente o a chocar con una persona», relató.
Antes de iniciar su labor como motoconchista en los alrededores de la estación Mamá Tingó, en la Línea 1 del Metro de Santo Domingo, Mateo se dedicaba a la venta de panes, ropa y otros artículos. Sin embargo, este medio de sustento no le resultó favorable debido a la falta de pago de los clientes.
Su única hija, de 15 años, se siente muy orgullosa del esfuerzo que cada día hace su madre para que «ella estudie y no le falte nada».
Jennifer cuenta que sus clientes prefieren trasladarse con ella por la confianza que les transmite y lo bien que los hace sentir con su «vibra bacanísima«.
Admiración
Los demás motoconchistas que trabajan en la parada la describen como una persona alegre y trabajadora, por lo que también se encargan de cuidarla de cualquier peligro.
En un día, Jennifer se gana alrededor de 1,500 pesos. Cobra entre 100 y 150 pesos, dependiendo del destino, y si es de una estación a otra, el precio puede ser entre 50 y 75 pesos.
