El Distrito es el único con plan de ordenamiento; cabildos elaboran iniciativas

Solo 3.16 kilómetros en el Distrito están sin desarrollar

Irmgard De la Cruz

Pese a un crecimiento urbano sin precedentes, la planificación en el Gran Santo Domingo sigue siendo una asignatura pendiente. Con una población que aumentó 84 % en las últimas dos décadas –pasando de 2,062,966 habitantes en el 2002 a 3,798,698 en el 2022–, la extensión de la metrópoli sin límites se impone ante la poca capacidad de los gobiernos locales para regularlos y cumplir con la demanda de servicios básicos.

De los 91.58 kilómetros cuadrados en los que se extiende el Distrito Nacional, solo 3.16 kilómetros están vacantes, baldíos y sin desarrollar, mientras que apenas 2.79 kilómetros son para recreación y áreas verdes. Así, la expansión queda limitada a una verticalidad que amerita regulación: aunque el 63.25 % de los suelos urbanos están consolidados –es decir, cuentan con servicios mínimos como acceso vial, electricidad o agua– eso no significa que estén plenamente desarrollados.

La Alcaldía del Distrito Nacional es la única de las siete dentro del Gran Santo Domingo que cuenta con un plan de ordenamiento territorial elaborado en el 2020, dos años antes de la promulgación de la Ley 368-22 de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelo y Asentamientos Humanos, y cuyo reglamento de aplicación aún se encuentra bajo análisis por la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo.

«Se ha hecho muy poco en cuanto a la implementación de los planes de ordenamiento. En muchos casos, falta voluntad política«, ponderó el arquitecto Omar Rancier, al recordar que, pese al desarrollo de otros planes de ordenamiento tanto en el Gran Santo Domingo como a nivel nacional, «su ejecución va muy lenta».

Aunque los gobiernos locales pueden prescindir de un reglamento para empezar a aplicar la ley –como el presidente Luis Abinader arguyó en marzo pasado al ser consultado por la prensa–, contar con esta normativa contribuirá a asentar las iniciativas en curso que tienen otras alcaldías, aseguró Junior Santos.

«Los (demás) ayuntamientos tienen iniciativas, pero si no tenemos un plan de ordenamiento nacional, no va a haber planes de ordenamiento locales, porque se van a contraponer», observó Santos, quien es  presidente de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo y alcalde de Los Alcarrizos.

Normas y áreas potenciales

El 73 % del territorio del Distrito Nacional ya cuenta con nuevas normas basadas en el plan de ordenamiento y el resto aún no lo está, puntualizó el director de  el director de Planeamiento Urbano de la Alcaldía del Distrito Nacional, Luis Alejandro Pérez.

El funcionario reconoció los déficits históricos en infraestructura y servicios urbanos de la ciudad, especialmente en lo que a falta de espacios públicos, movilidad peatonal y manejo de áreas pluviales se refiere.

Indicó que la alcaldía ha realizado estudios de capacidad de servicios públicos (como agua potable, alcantarillado y energía) en el Polígono Central, como insumo obligatorio antes de otorgar licencias de construcción a grandes proyectos.

Además, considera que una de las zonas con mayor potencial de crecimiento dentro de un plan regulado está en la zona pericentral de la ciudad –que incluye sectores como Villa Juana, Villa Consuelo, Ensanche La Fe, Villas Agrícolas, Ensanche Luperón, Miraflores, San Juan Bosco y Mejoramiento Social–, y que requeriría de la transformación de infraestructuras ya subutilizadas o deficientes para generar una ciudad más compacta.

«Se plantea como una nueva centralidad, para que pueda tener un desarrollo mucho más denso y, a lo mejor, poder descongestionar un poco todo el polígono central», destacó.

Preservar la superficie natural

La preservación de las áreas naturales del Distrito Nacional es crítica ante la pérdida sostenida de suelo agrícola: entre 2000 y 2015 se redujo un 24 %, de 18.96 a 14.4 kilómetros cuadrados. Hoy, apenas quedan 15.96 kilómetros de suelo no urbanizable, amenazado por urbanizaciones cercanas y ocupaciones ilegales. El estudio base del plan de ordenamiento identificó a 220,233 habitantes que viven en 14 barrios asentados en el Cinturón Verde, una franja ecológica constituida mediante el Decreto 183-93.De acuerdo con Pérez, para estas zonas se implementa una estrategia dual: la regularización y dotación de servicios básicos en zonas de riesgo mitigable, y la relocalización en zonas vulnerables, como cañadas. Como ejemplos de lugares intervenidos, citó la construcción del Cristo Park como parte de la recuperación de la cañada del sector Cristo Rey.