Esta tecnología permite adaptar en tiempo real el contenido de servicios de internet, lo que puede implicar riesgos directos o indirectos a los usuarios

EFE

La inteligencia artificial (IA), con una capacidad de generar contenidos de ocio completamente personalizados y prácticamente interminables, está disparando los patrones más adictivos y engañosos de internet, según los expertos.

Dichos expertos también sitúan a los menores y a los adolescentes como los más vulnerables ante una tecnología diseñada para maximizar el tiempo que una persona pasa ante una pantalla.

Esta tecnología permite adaptar prácticamente en tiempo real el contenido que ofrecen las plataformas o servicios de internet (redes sociales, vídeos o videojuegos) a los gustos de cada usuario, lo que implica un riesgo directo, pero también implica numerosos riesgos indirectos.

Esto se debe a que puede relegar otras tareas o hábitos imprescindibles, como el descanso, el estudio, las relaciones sociales, las actividades al aire libre u otras formas de ocio.

Los patrones adictivos son aquellos comportamientos repetitivos que una persona adopta de manera compulsiva y que le resultan difíciles de controlar, y además de con sustancias (como el alcohol, el tabaco o las drogas) pueden dar la cara con determinadas conductas o hábitos.

Esto puede ocurrir con el juego, la comida o el uso de las pantallas y de internet, y en este caso los sistemas de inteligencia artificial están multiplicando las pautas más dañinas.

Para prolongar el tiempo que los usuarios pasan en algunas plataformas digitales, éstas emplean técnicas que inducen al ‘scroll infinito’ o a la reproducción automática para que una persona se mantenga enganchada sin darse cuenta del tiempo que está empleando.

Con este hábito se crea una falsa sensación de urgencia mediante alertas constantes o para infundir temor a perderse algo importante cuando la persona está desconectada.

Un marco «planificadamente sesgado»

Sergio Rodríguez, consultor de la Agencia Ejecutiva Europea de Investigación (REA), no tiene dudas de cómo la IA ha disparado esos riesgos asociados a los patrones más adictivos de internet ni de que las pantallas están sustituyendo al ágora como espacio de socialización.

Con este hábito se crea una falsa sensación de urgencia mediante alertas constantes o para infundir temor a perderse algo importante cuando la persona está desconectada.

Un marco «planificadamente sesgado»

Sergio Rodríguez, consultor de la Agencia Ejecutiva Europea de Investigación (REA), no tiene dudas de cómo la IA ha disparado esos riesgos asociados a los patrones más adictivos de internet ni de que las pantallas están sustituyendo al ágora como espacio de socialización.

Rpdríguez ha subrayado en ese sentido la importancia de que las familias y la escuela formen a los niños y los jóvenes en el buen uso de la inteligencia artificial, de que ese uso sea «progresivo, crítico y creativo», y de evitar la larga exposición a los dispositivos.

A su juicio, la UE ha puesto el acento en algo fundamental, la regulación, «pero apenas hemos dedicado recursos a la formación» a través de la escuela.

Asimismo, los usuarios desconocen cómo evitar el mal uso, cómo darse cuenta de que les están instrumentalizando, cómo ser conscientes de que pierden su autonomía, y de cómo un uso crítico y creativo puede ayudarles en su maduración personal y profesional.