Las lluvias y las bajas temperaturas ayudaban el viernes a las cuadrillas de bomberos de Corea del Sur en su combate a los peores incendios forestales en la historia del país.

Asimismo, el gobernador de la región más afectada pidió una reforma de las estrategias de respuesta para enfrentar la crisis climática que, según él, agravó el desastre.

Los incendios, que han cobrado 28 vidas y arrasado vastas extensiones de tierra en el sureste del país durante la última semana, se encontraban contenidos en un 85% hasta la mañana del viernes, informó el jefe del Servicio Forestal de Corea, Lim Sang-seop, en una conferencia televisada.

Añadió que las autoridades lanzarán «esfuerzos sin cuartel» para extinguir el resto de las conflagraciones mediante el despliegue de helicópteros y bomberos adicionales a las zonas afectadas.

Las llamas también han destruido miles de viviendas, fábricas, vehículos y otras estructuras, mientras que las montañas y colinas quedaron cubiertas por una alfombra de cenizas humeantes.