Un devastador huracán y la mudanza de un equipo impulsan a las Grandes Ligas a iniciar la temporada en circunstancias excepcionales.

Cuando ingeniaban la logística para auxiliar a los Atléticos en proceso de mudanza, sobrevino la tragedia ocasionada por el ciclón Milton con vientos que tumbaron el techo del  y dejó a los Rays en la intemperie.

Eso significa que dos serán las organizaciones en parques de ligas menores, un cambio de planificación que impacta la programación del calendario, alojamientos o vuelos.

Y otro elemento no menor, es la forma en que transforma el ambiente de juego. Se añaden dimensiones, temperaturas y un césped distinto, cada vertiente influyendo en el recorrido de la pelota y obliga a los jugadores a descubrir aquellas fortalezas que les brinda el entorno.

Está en los lanzadores conocer si mantener la bola en la parte baja, o los bateadores evitarse elevar demasiado la esfera si la brisa no les ayuda.

Para quienes gustan contemplar esos efectos en la televisión o gradas, comenzará en el segundo día de la zafra, una vez que los Rays reciban a los Rockies en el George M. Steinbrenner Field el 28 de marzo.