La película biográfica de la estrella británica llega a la gran pantalla

La cinta utiliza imágenes generadas por computadora (CGI)

Beatriz Bienzobas

Mañana llega a las salas de cine Better Man, la esperada biografía musical de Robbie Williams, una de las estrellas más grandes y complejas de la música pop. 

Dirigida por Michael Gracey, quien también está detrás del éxito de The Greatest Showman, la película no solo explora los grandes logros de Robbie, sino que revela los altibajos emocionales y personales de su vida, desde sus días en Take That hasta su meteórico ascenso como solista, seguido de sus profundas caídas y un resurgimiento que lo transformó.

Pero lo que hace realmente único este filme es su enfoque íntimo y visceral: no se trata solo de una crónica de la fama, sino de un viaje profundamente humano, contado desde la propia perspectiva de Robbie, lo que permite al espectador adentrarse en su mundo interior y vivir sus luchas con él.

Según cuenta el propio Gracey, Better Man surgió casi por casualidad. «Robbie fue una amistad inesperada que entablé durante la producción de The Greatest Showman; lo que comenzó como uno de esos encuentros improbables de la industria se convirtió en una conexión mucho más importante de lo que ninguno de los dos pensaba».

Quizás por esta razón la película va más allá de lo que normalmente se espera de la biografía de una estrella pop, adentrándose en los aspectos más vulnerables de Williams, explorando cómo lidió con las presiones de la fama y las dificultades emocionales que a menudo se esconden detrás de la sonrisa de un ídolo. 

«Lo que es más importante, a diferencia de cualquier otra estrella del pop, es que se comprometió a abordar este proyecto sin edulcorar la trama ni ponerse en un pedestal. Sus luchas y fracasos recibieron la misma atención, si no más, que sus triunfos», explica Gracey.

Protagonista: un mono

Mientras Gracey desarrollaba la película, sabía que estaban trabajando con una historia increíble, pero sentía la presión de presentarla de una manera novedosa. «Quería asegurarme de que la forma en que contábamos y filmábamos esta historia fuera también creativamente distinta».

Al igual que las estrellas de rock pueden transformar la energía de un lugar, haciendo que todo parezca girar a su alrededor, Gracey pronto descubrió que personificarlo en la forma de un mono ofrecía una intensidad cautivadora similar. 

«Cuando pones un mono en una escena, no puedes evitar sentirte atraído por él, aunque no esté hablando», manifiesta.

«Eso refleja lo que es ser una estrella. No puedes apartar los ojos de esa persona. Así que, para mí, el mono no solo refleja cómo Rob se ve a sí mismo, sino que aporta un elemento adicional: crea una estrella auténtica en cada fotograma de la película, una presencia que te atrae poderosamente», relata.