El cuerpo del empresario fue hallado en una cisterna de su casa; su crimen es atribuido a dos empleados haitianos

El 19 de febrero se cumplió un año desde que Miguel Ángel Santana Contreras, un empresario inmobiliario del municipio Palmar de Ocoa, de la provincia Azua, fue encontrado sin vida dentro de una cisterna en su residencia.
El crimen, que fue atribuido a dos empleados haitianos, no solo le arrebató la vida a un hombre trabajador, sino que sumergió a su familia en una lucha interminable por justicia.
A pesar de los esfuerzos, 12 meses después, la incertidumbre sigue siendo la respuesta ante la falta de avances en la investigación.
Miguel Ángel Santana, hijo de la víctima, señala con frustración que, a pesar de los anuncios de la Fiscalía de Azua y la Dirección Central de Investigaciones (Dicrim) sobre una supuesta orden de arresto, no se ha detenido a nadie.
«Los autores materiales e intelectuales siguen libres. La falta de avances en la investigación hace crecer la sospecha de que algo o alguien los está protegiendo», expresó a Diario Libre, Miguel Ángel, quien asegura que la desesperación de la familia es producto de la falta de acción del fiscal Dante Castillo, quien aseguran permanece en silencio ante el dolor y la frustración de ellos.
El sufrimiento no es solo por el homicidio. Miguel Ángel Santana también enfrenta ahora una batalla legal por los bienes de su padre. El asegura que la exesposa de su padre, Yahaira González, ha tomado el control de varias propiedades, incluida la casa donde Miguel Ángel fue hallado sin vida.
El hijo del empresario narró que la noche del 18 de febrero habló con su padre, como todos los días, sin saber que esa sería la última vez que escucharía su voz.
El día siguiente fue de confusión y angustia porque Miguel Ángel trató de comunicarse nuevamente con su padre, pero no obtuvo respuesta. A través de un tío, se enteró de que algo no estaba bien. Lo que comenzó como una llamada rutinaria se convirtió en un viaje hacia lo desconocido.
