Fue en el año 1994 que a este hombre lo atropellaron. Producto de eso ha tenido que recibir dos reemplazos de cadera. Espera por otra más, la que no puede costear. Hace unos días tuvo otro accidente. Si desea ayudarlo, puede hacerlo aportando a la cuenta 798069159 del Popular, o a la de su esposa Quirsy 22624060027 del BHD, también llamando al 829-683-0109

Marta Quéliz

23/12/2024 00:00 | Actualizado a 23/12/2024 10:50

Tonny siempre está atento a cualquier historia humana que pueda trabajarse en LISTÍN DIARIO. “Conocí a un señor que está enfermo. Hace mucho que tuvo un accidente y le han hecho dos reemplazos de cadera, tiene una infección y hay que operarlo de nuevo. Y lo más sorprendente, con todo lo que le pasa, él trabaja como mensajero en un motor”. Con este resumen era obvio que a esa persona había que entrevistarla.

El jueves cinco de diciembre, en la mañana, se consiguió el contacto y ya al mediodía del mismo día, Guillermo Paulino había tenido otro accidente. La noticia cayó mal, sobre todo, por tratarse de una persona que está a la espera de conseguir 600,000 pesos para someterse a una tercera cirugía para ver si mejora su condición de salud.

Ya cuando con su yeso puesto y en su casa, se hizo contacto con el dueño de este relato. Ofreció su dirección. Llegó el día de la entrevista y al preguntar: “¿Dónde vive Guillermo?”, no hubo complicación. Todos lo conocen y lo definen como un hombre afable, trabajador y buen vecino.

Es en una tercera que está su vivienda. Subirla con el “guía” que hizo el favor de llevar a reporteros de este medio a la casa de Guillermo, sólo traía a la mente una pregunta: ¿Cómo habrá subido este hombre con un yeso y de por sí, con los problemas de cadera que enfrenta? No había que buscar mucho para obtener la respuesta: “La necesidad tiene cara de hereje”.

El fatal accidente

Con mucha amabilidad saluda y se presenta. Su rostro evidencia su malestar de salud. “Ya a mí me han hecho dos reemplazos de cadera y no han funcionado. Al parecer rechazo la prótesis. Ahora hay que hacerme otra, pero tienen que ver si la infección que tengo no ha dañado el hueso”. Justo en estos momentos en los que está haciendo diligencias para conseguir el dinero para la operación, es que tiene el otro accidente.

“Le puedo decir que, desde el año 1994, que fue cuando tuve el primer accidente, no he dejado de sentir dolor ni un día. Es decir, tengo 30 años aguantando dolor. Cuando me atropellaron se me rompió el fémur y, desde ese momento comenzó mi calvario. Me dio una artrosis (una enfermedad reumática que lesiona el cartílago articular). He quedado cojo y ahora, mire, tuve otro accidente”. Es conmovedor escucharlo contar sobre su infortunio.

Se le preguntó sobre el nuevo evento de salud y, tan sorprendido se encuentra con las circunstancias en que sucedió que, hasta ríe al dar los detalles. “Yo iba por la Defilló con 27 para la clínica Richarson Cruz porque no me sentía bien, entonces un señor chocó a otra persona, y dando para atrás para averiguar lo sucedido, me tumbó a mí. Llamaron al 9-1-1 y me llevaron al Darío Contreras y ahí resultó que había que enyesarme”. Se pone triste el hombre de 49 años que, con todos y sus problemas de salud, trabaja como mensajero de una farmacia.

Sueños truncos

Pero ese accidente no sólo ha afectado la salud de Guillermo. “Todo eso también acabó con mis sueños de ser ingeniero electrónico. Siempre quise ir a la universidad, convertirme en un buen profesional. Primero, no podía hacerlo porque mi padre me ponía a trabajar, no podía estudiar como quería y no teníamos los recursos. Y después, tuve el accidente”. Se lamenta.