La publicidad digital aún no ha nacido: Agustín Medina habla del futuro del sector

La primera afeita, la segunda apura», cuando Gillette introdujo en el mercado las cuchillas de doble hoja. «Tacita a tacita», con Carmen Maura mirando cómplice a la cámara con una taza de café. «Aprenda a amar la tónica…»
Agustín Medina es el autor de algunas de las campañas de la publicidad en España que han permanecido en la memoria colectiva. Fue presidente y fundador de la Asociación de Directores Creativos y jurado en Cannes, FIAP, Awards de Hong Kong, El Sol de San Sebastián, entre otras premiaciones.
Ha sido presidente de la Asociación Española de Publicidad, miembro del Patronato de Ayuda contra la Drogadicción y fundador y presidente de la Asociación de Directores Creativos.
Asistió recientemente al Congreso Iberoamericano de Comunicación de Unapec. Una oportunidad para echar una ojeada al mundo de la comunicación publicitaria.
La publicidad parece más fragmentada que nunca. ¿Es una tendencia definitiva?
Está claro que vivimos la época del desconcierto. Las nuevas generaciones están obsesionadas con los nuevos soportes y han perdido de vista la esencia de la comunicación, confundiendo la estrategia con la táctica, en deterioro de la marca, que debe ser lo más importante para cualquier anunciante. Los nuevos medios, y muy especialmente las redes sociales, sirven para realizar movimientos tácticos en el corto plazo, pero no sirven para crear y desarrollar la marca, como lo hacen los medios tradicionales.
La publicidad digital todavía no ha encontrado su formato ideal. Irrumpe e interrumpe, es ruidosa… ¿trabajan las publicitarias en encontrar mejores formatos?
Llevo años diciendo que la publicidad en Internet no se ha inventado todavía, porque se siguen usando los mismos formatos de la publicidad de siempre. Los anuncios en Google se parecen bastante a los viejos clasificados de los diarios. Y los vídeos de las redes sociales son los mismos que los spots de la televisión
Cuando apareció la televisión, desaparecieron los viejos redactores de anuncios en prensa y revistas, porque no supieron adaptarse al nuevo medio. Lo mismo ocurrió con la llegada de los Mac a las agencias en los años 90. Se tardaron entre cinco y diez años en adaptarse a los nuevos medios, y muchos profesionales murieron en el intento.
Con la llegada de Internet, la cosa fue más grave, porque el incesante avance tecnológico desde entonces ha hecho casi imposible para los profesionales seguir el ritmo. Cuando intentan adaptarse a un cambio, surge un cambio nuevo. Y el resultado es que se quedan paralizados, anclados en los formatos de siempre.
—¿Decae la inversión en los influencers? ¿En qué segmento tienen más sentido?
Lamentablemente, la inversión en los influencers sigue aumentando en todo el mundo. Y es un grave error, porque los influencers de hoy no se parecen a los antiguos prescriptores, que se casaban con una marca en exclusividad, compartiendo los valores sociales de ambos. Hoy día los influencers son mercenarios, al servicio de cualquier marca distinta cada día. En realidad, los únicos que hacen marca son ellos mismos, su propia marca.
—¿Abandonan algunos medios X (Twitter) por razones económicas o ideológicas, como arguyen?
Está claro que el señor Elon Musk y su forma de entender X no cuenta con muchos partidarios entre las marcas más relevantes de Estados Unidos. Creo que los grandes anunciantes tienen mucho miedo a mezclar sus reputadas marcas con el extravagante dueño de esa red social. Y pienso que tienen bastante razón.
—Se habla mucho de la crisis de los medios, del periodismo. Pero la publicidad y las agencias publicitarias también atraviesan problemas. ¿Cómo se está reconfigurando el sector?
El desconcierto en el sector tiene que ver con lo que decía antes sobre la falta de adaptación a los nuevos medios. Creo que la publicidad seguirá siendo muy importante en el futuro, porque es la forma más potente para la creación y desarrollo de las marcas, pero hará falta una nueva generación dispuesta a romper con todo, como se ha hecho siempre en todas las revoluciones, para cambiar de arriba abajo todo el sistema.
—Hoy por hoy, para los clientes… ¿existe un canal más efectivo que otro?
Está claro que no. Lo más importante de las empresas son las marcas. Y para construir una marca hay que crear una personalidad, igual que con los seres humanos; después hay que conseguir notoriedad, y finalmente llegar a tener una reputación. Sin publicidad en medios tradicionales, como la televisión, la radio, la prensa, las revistas o la publicidad exterior, es imposible conseguir todo eso.
—¿Qué país ha logrado que Google y demás plataformas repartan los ingresos con los medios de comunicación de los que se nutren?
De momento, creo que ninguno. Pero en Europa ya están perdiendo muchas demandas por competencia desleal, al aprovecharse no solo de los contenidos, sino también de la información exhaustiva privada que consiguen de sus seguidores y que utilizan en su provecho. En este momento, en España hay una demanda contra Meta por 550 millones de euros, por parte de AMI, que es la Asociación de Medios de Información, que agrupa a los 80 diarios más importantes del país.
