Aprovechan zonas áridas para cultivar uvas de alto valor genético

El reto de la infraestructura
En Punta Caña, San Juan, el productor Alberto Ramírez Cabral cultiva 350 tareas de uvas de variedades patentadas como Timpson (verde sin semillas) y Sweet Celebration (rojas). Ramírez, quien espera cosechar unas 300 toneladas en octubre de 2025, subraya los altos costos iniciales del proyecto, como sistemas de riego automatizados y soportes especiales para las plantas, que rondan los 9,000 dólares por hectárea.
Según Ortiz, la inversión inicial del proyecto alcanzó 100 millones de pesos, aunque Ramírez señala que es «mucho más». A pesar de esto, las proyecciones indican que las primeras cosechas podrían cubrir gran parte de la inversión inicial.
Impacto en importaciones y economía local
Actualmente, el país importa uvas por un valor de 50 millones de dólares anuales desde California, Chile y Perú. El viceministro Ortiz estima que este proyecto no solo reducirá esas importaciones, sino que también permitirá competir con los principales exportadores globales.
El Ministerio de Agricultura contempla ampliar estos proyectos a otros cultivos de alto valor como arándanos y granadas, adaptándose a las características de diferentes regiones del país. Según Ortiz, el objetivo es claro: «trabajar para generar opciones de alta generación de dinero en zonas deprimidas».
