La inmigración se ha convertido de nuevo en un arma electoral en Estados Unidos, pero esta vez ambos candidatos ponen el foco en el mismo ‘problema’, los cruces ilegales en la frontera, sin apelar a los beneficios que aporta en un país donde una gran parte de la población tiene orígenes extranjeros.

Estados Unidos tiene unos 330 millones de habitantes, de los cuales son inmigrantes casi 48 millones -la inmensa mayoría naturalizados o con permiso de residencia permanente- y dentro de este número unos 11 millones no tienen documentación legal.

«Aunque los políticos republicanos y demócratas pueden diferir claramente en tono y matices, hoy hay mucho más alineamiento entre los dos partidos, al menos en políticas fronterizas, que en ningún otro punto de las últimas dos décadas», señala un estudio reciente del Migration Policy Center.