La UNPHU organiza Mejorar la ciudad, una jornada para buscar soluciones

Solo el 30% del área metropolitana de Santo Domingo tiene servicios de saneamiento pluvial y de aguas residuales. Y esto aplica tanto a los sectores degradados como al Polígono Central. La igualdad está (¡vaya paradoja!) en donde nadie la quiere ni busca.
Omar Rancier, decano de la facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU, ultima los preparativos de la jornada titulada Mejorar la ciudad, un evento de carácter propositivo.
Es un calentamiento para otra cita, Santo Domingo 2025. 50 años después, que estudiará qué falla y cómo se solucionan los problemas de esta metrópolis a la que nos empeñamos en seguir llamando ciudad.
—No es la primera vez que la UNPHU aborda el tema.
No, ya en 1975 la universidad hizo uno de los primeros eventos de análisis urbano y discusión sobre la ciudad que se llamó Santo Domingo 2000. Se proponía construir una visión de cómo sería la ciudad en el año 2000.
Ahí se trabajó una serie de ponencias con nombres reputados en la planificación territorial como el arquitecto Vargas Mera o el arquitecto René Sánchez Córdoba, entre otros.
—¿Qué se logró, qué pasó?
Se llegó a una serie de conclusiones que… bueno, no ha pasado nada. Esas conclusiones de 1975 se aplican perfectamente a lo que hay que hacer hoy.
Eventualmente, en 1995, se hizo un segundo evento que llamamos Santo Domingo 2000. 20 años después. Fue un evento asociado al seminario La ciudad somos todos, y que incluyó un concierto en la Fortaleza Ozama patrocinado por la senadora en ese momento, doña Milagros Ortiz.

—Estamos en 2024. ¿Qué problemas se han enquistado?
Los eventos que hemos sufrido por el efecto de la lluvia, por la incidencia de las motocicletas en el tránsito, por el problema de la gestión de la ciudad… No se toman a veces en serio las normativas.
Como academia, la UNPHU decidió hacer esta primera jornada de reflexión sobre la ciudad de Santo Domingo con la intención de retomar la iniciativa de Santo Domingo 2000, actualizar las conclusiones y crear un espacio de discusión abierta para tratar de lograr un documento base que pueda ser entregado a las autoridades.
Que lo tomen como ellos consideren, pero que se tenga una propuesta viable de algunas acciones que se podrían tomar inmediatamente. Ese es el objetivo.
—Drenaje pluvial: ¿no hay síndico que pueda solucionar eso? ¿Es muy complejo, es demasiado tarde, demasiado caro?
Aclaremos el tema de la infraestructura de drenaje pluvial y la infraestructura de drenaje sanitario: tenemos una ciudad que ha crecido enormemente, pero los servicios que deben acompañar ese crecimiento urbano no han crecido a la misma velocidad.
Eso quiere decir que solamente, en un cálculo conservador, el 30% del área metropolitana tiene servicios de drenaje pluvial y drenaje sanitario. El resto está servido por infraestructuras locales, es decir, drenaje con pozos sépticos y pozos filtrantes.
—¿Qué significa eso?
Eso significa que la ciudad está huérfana de esos servicios esenciales urbanos. Tanto el sistema sanitario, el sistema de desagüe pluvial, como el sistema de dar mantenimiento a las vías siempre ha sido un problema en la ciudad de Santo Domingo. Pero es un problema que tiene que ver con la responsabilidad de la gestión.
—Por falta de leyes no es…
No, por falta de leyes o reglamentos no es. En 1939 Trujillo contrató a Giner de los Ríos, un arquitecto español que había sido ministro de Obras Públicas del gobierno republicano.
Desde entonces hemos tenido planes. El de 1939, el de 1955 de Vargas Mera, el de Borrell de los 90, también está el de la Metropolitana Consult, en la alcaldía de Corporán de los Santos.
—¿Y ahora, en el siglo XXI?
Ahora mismo se tiene la propuesta del Plan de Ordenamiento Municipal, por lo menos del Distrito Nacional. Es uno de los instrumentos que la nueva Ley de Ordenamiento Territorial propone para que los ayuntamientos comiencen a organizarse.
Es decir, un plan municipal donde a partir de un diagnóstico se identifiquen los problemas y las posibles soluciones y que se emitan normativas específicas para cada municipio.
—Cuando se habla de carencia de sistemas sanitarios siempre se piensa en los barrios.
No, no… es todo. Naco y Piantini tampoco lo tienen. Es decir, una zona residencial de alto nivel, como lo que llamamos el Polígono Central, no tiene resueltos esos problemas. Tiene problemas de abastecimiento de agua también. Y sanitario, de desagües.
Básicamente está solucionado con pozos sépticos, lo que es un problema doble. Fíjese a qué nos estamos exponiendo: tenemos una gran parte de la ciudad que está solucionada en términos de los desagües de aguas negras con pozos sépticos y filtrantes.
Y muchos de esos lotes que tienen pozos sépticos y filtrantes… en el otro extremo tienen una bomba de agua para abastecer el edificio. De un pozo a un pozo. Contaminando el agua que después estamos usando. Son temas que no se han abordado efectivamente y que son una bomba de tiempo para Santo Domingo.
—¿Qué opina de los programas de rescate del río?
Yo creo que como iniciativa es buena. El problema de los programas y operativos que se comienzan a desarrollar es que se abordan como temas estancos, específicos.
Y esos temas deben ser manejados de manera integral, como parte de una visión de ciudad que debe coordinar los diferentes aspectos que tienen que interactuar de manera correcta para que funcione la ciudad.
En algunos casos se ha sido bastante ingenuo… creer que con un bote para recoger los plásticos se iba a resolver el problema… ¡El problema no está en el río! ¡El problema está en la ciudad!
—Lo de siempre… atajar el problema en las consecuencias y no en las causas.
Por eso yo digo que es un tema que debe abordarse en su dimensión total.
De tal manera que al mismo tiempo que se haga la recogida de la basura del río, se trabaje en los barrios, se trabaje un sistema de educación cívica, de educación urbana, para que la gente entienda cuán dañina es esa práctica.Eso aplica también a la limpieza de las playas en el Malecón… Nosotros tenemos que convencer a los administradores de la ciudad, a los políticos, que se debe tener un plan integral donde se integren todas las iniciativas particulares de una manera coordinada.
