Encuentran en esta actividad un medio de vida para desarrollarse, sin salir de sus comunidades

Marcio Valenzuela nació y se crió en Guayabal, un municipio rural de la provincia de Azua, a una hora de la ciudad cabecera y a 40 minutos de La Vega. Dejó atrás a su familia y amistades para irse a Santo Domingo, siguiendo los pasos de muchos jóvenes que migran del campo en busca de mejores oportunidades.
Sin embargo, a sus 34 años, abandonó su empleo como despachador de una gasolinera en la capital y decidió regresar para sembrar las 25 tareas de tierra de su familia, un terreno en el que, hasta entonces, “no se estaba haciendo nada”.
“Pensé en crecer, tener mi propia empresa, tener un mejor futuro para mí y para mis hijos. Allí, simplemente, dependíamos de un sueldo que no alcanzaba para darle una buena educación a mi familia y gracias a Dios aquí estamos, emprendiendo y tirando hacia adelante”, comentó.
Tras cuatro años de dedicarse a esta actividad, Marcio es ahora uno de los beneficiarios de “Emprende RD”, un programa del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) que ha logrado que casi 7,000 jóvenes, con edades de entre los 18 y 40 años, se inserten en las labores agrícolas, promoviendo, a su vez, el desarrollo de las zonas rurales.
- Diario Libre viajó hasta El Guayabal y visitó los distritos La Cuchilla y San José del Puerto, en el municipio Villa Altagracia, provincia San Cristóbal, para conocer las historias de Marcio y otros cinco jóvenes, quienes compartieron sus experiencias y motivaciones en una actividad que atrae a pocos, y que necesita más relevo generacional para asegurar su sostenibilidad.
La búsqueda de mayores ingresos
Aunque Marcio lleva cuatro años sembrando múltiples rubros en su finca, entre ellos aguacates, habichuelas y guandules, el maíz es su mayor cultivo, un cereal al que se dedicó porque su costo de producción le resultó asequible.
Ahora busca cambiarlo y sembrar limón, porque es más rentable. “Lo que más me motivó a entrar al limón es que dicen que tú tienes una rentabilidad casi quincenal. Han dicho que con 230 matas de limón puedes ganar entre 30,000 y 40,000 pesos mensuales” manifestó.

Estos ingresos son solo comenzando: una vez que crece el árbol, produce limones todo el año, pudiendo generar ingresos millonarios a quienes sepan darle los cuidados que requiere.
Marcio tenía mucho tiempo con el proyecto de los limones en mente, pero no había podido comenzar porque su costo de producción es más elevado.
Lo mismo ocurre para quien quiera dedicarse a la siembra de chinolas, afirmo Fremi Anderson Ramírez, un joven que ha trabajado la agricultura durante toda su vida y que, recientemente, renunció a un invernadero en el que trabajaba para colocar su empeño en esta fruta.
Emprendimientos en cifras
230
Son las matas de limón con las que se pueden ganar entre 30,000 y 40,000 pesos mensuales
3,000
Son los alevines que crían Rosalba y su esposo con la expectativa de ganar 200,000 pesos una vez crezcan.
7,000
Son los jóvenes dominicanos integrados al programa del FEDA “Emprende RD.
“Estos son proyectos que uno inicia, mayormente dolorosos, pero una vez uno comienza en la producción, uno le agarra más interés al producto”, confesó tras declarar que los gastos resultan “demasiado fuertes” para un joven agricultor al comienzo, sobre todo, si aún no posee tierras.
Fremi habló con un cuñado para que le dejara sembrar las chinolas en la parte alta de su finca –a pocos metros de la de Marcio– y así poder ser beneficiario del programa del FEDA, que le otorgó poco más de 200 plantas para que las siembre en su terreno, un favor por el que se comprometió a dividir el 50 % de las ganancias con él.
Aún así, Fremi cree que este es un esfuerzo que vale la pena, en una comunidad cuyos principales ingresos provienen de la agricultura, una actividad que genera “mucho más desarrollo” personal para los jóvenes que la emigración.
“La economía fuera de Guayabal está demasiado crítica. Uno gana poca cosa y tiene que pagar alquiler y comida. Entonces, yo digo que, entre 20,000 pesos en la capital y 10,000 pesos aquí, rinden más los 10,000 pesos aquí, que en la capital”, sopesó.En esto concuerda conMarcio, quien proyecta que el limón tendrá la capacidad de multiplicar sus ingresos. Una libra del cítrico cuesta 10 pesos en la actualidad, pero en las temporadas de escasez sube su precio hasta los 80 pesos.Marcio accedió a 250 plántulas de limón a través del programa, sembrándolas entre los maizales. Espera ver ingresos de ellas a partir de los tres años. “Podremos producir de 1,500 a 2,000 libras, comenzando, pero llegará un momento en el que vamos a producir entre 10,000 y 20,000 libras”, aseguró.Mientras Fremi ya vende parte de sus chinolas a cafeterías en su comunidad y distribuye camiones del fruto a Santo Domingo y a otros lugares, Marcio deberá esperar un poco más, pero mantiene la expectativa de sacar camiones cargados de limones desde Guayabal para su venta en otras provincias.Como ellos, otros 750 jóvenes han sido incentivados en Azua para la producción de limones, chinolas, café o cocos, entre otros insumos agropecuarios. Con los resultados alcanzados, es la segunda provincia con mayor impacto del programa, después de Santo Domingo.
El coordinador del FEDA para la región sur, José Armando García, resaltó a Diario Libre que cada uno que, además de lo que requieren para comenzar, los jóvenes reciben asesoría, capacitación y asistencia técnica, acompañado de un seguimiento que les ayuda a depurar quiénes tienen vocación para emprender en esa actividad, y quiénes no.
