Pedro Almonte.

Decir de entrada que, no fuimos nosotros los veganos que nos autobautizamos como olímpicos, fue el periodista capitaleño, Julio C. Linval que observó ¨in situs¨, como protagonista de excepción, lo que los atletas de La Vega lograron en año 1937, cuando se celebraron en el país los primeros Juegos Deportivos Nacionales.
Hay que tener una mente de vacaciones, muy lejos del planeta, para pedirle al pueblo deportivo, que el histórico y bien ganado nombre de ¨Ciudad Olímpica¨ le sea quitado a La Vega o por otro lado, se quiere coger algunos ¨viewes¨ de contenido bacanal como se dice modernamente, eso ultimo lo justifico más.
Por un tema de espacio, solo me voy a referir a tres hechos históricos deportivos de atletas y dirigentes de La Vega, aun cuando podría hacer mención de cientos de ellos, sin pares, en La República Dominicana.
Primero: citar el atleta / compositor, Enriquillo Sánchez, que sin La República en el Año 1937, no haber aun participado en ningunos juegos internacionales, ya este veganissimo, había roto dos records Centroamericanos y del Caribe, en salto alto y salto con garrocha o perdiga ¿Lo había hecho algún otro dominicano para la época.?
Segundo: Alberto Torres de La Mota, veganissimo (El Gringo), primer dominicano en participar en unos Juegos Olímpicos, Tokio 1964. ¿Lo había hecho otro dominicano?
Tercero: ¿Existe en La RD un historiador deportivo, comparable con las investigaciones deportivas de Emilio -Cuqui- Córdova?
Es cierto que los pueblos, no solo deben vivir de su historia, pero coincido con Cicerón cuando expreso: ¨ no saber lo que ha sucedido, antes de nosotros, es incesantemente ser niño.¨