Johan Manuel Castillo Ortega ingresó el lunes en la prisión Najayo-Hombres para cumplir prisión preventiva

Miguel Caireta Serra

El 4 de junio, una mujer denunció ante la policía que el pastor de su iglesia, Johan Manuel Castillo Ortega, había agredido sexualmente a sus dos hijas en la Iglesia Libre, en Los Alcarrizos. El 6 de junio, la policía arrestó al acusado bajo las órdenes del sargento Muñoz Pimentel. 

Este es el caso de un pastor que habría estado usando el sótano de su iglesia para agredir sexualmente a menores de su feligresía.

El día que recibió la llamada

Es 3 de junio de 2024 y ya ha oscurecido. La madre de las víctimasse encuentra en su casa, pues ya son las 8:00 p.m. y no son horas de andar en la calle. Es lunes. 

Oye sonar su teléfono y en la pantalla ve el nombre de su prima, que vive en Estados Unidos. Contesta a la llamada. Su prima no se anda con rodeos y va al grano. «Le dijo que su hija D.C.M (16 años) le confesó que el pastor Johan Manuel Castillo abusó sexualmente de ella y de sus hijas, las adolescentes N.F.Y.M. y D.F.R.M. (13 y 17 años)», tal y como se dice en el escrito de la investigación del caso.

Sale de casa con ese nerviosismo que nunca ha sentido. Sus hijas nunca le habían dicho que fueron agredidas sexualmente.

Llega a la policía y explica que la noche anterior, «siendo las 08:00 horas de la noche, su prima D. la llamó desde los EE. UU., y le dijo que su hija D. C. M. (16 años) le confesó que el pastor Yoan Castillo y/o Johan Manuel Castillo Ortega abusó sexualmente de ella», como dice el informe.

Ella sale de la comisaría. Ha hecho lo que tocaba. Aun así, no se ha librado de ese dolor, de saber que el hombre que habría estado durante años agrediendo sexualmente a sus hijas sigue en la calle. Libre. Y que era un pastor cristiano.

La entrevista a las menores de edad

Antes de la detención del acusado por presuntas agresiones sexuales, se producen algunos acontecimientos. Uno de ellos es la entrevista de la Licda. Johanna Calderón, psicóloga forense, a las dos menores.

Tras poner la denuncia, la madre deja a sus hijas en manos de la justicia para que las entrevisten. D.F.R.M. se dirige por un pasillo hacia una estancia en la que la doctora Calderón le invita a sentarse. Ella, inocente, de 17 años, expresa que «la primera vez que él la tocó en la chonchona, le entró la mano por el zipper, que ella tenía un pantalón jeans y una blusa, que ella no dijo nada, ni él tampoco, que tenía como 11 años, que él era el pastor de la iglesia, que pasó como cuatro o cinco veces, en la misma iglesia, que la llegó a penetrar un poco como tres veces».