Las fórmulas más optimistas para la temporada 2024, como ZiPS, ATC, The Bat X y ROS-Steamer, pronosticaban que Elly de la Cruz se robaría 38 bases en todo el curso y Steamer fijaba su techo en 24 cuadrangulares.
El calendario de la liga apenas alcanza el 43% y De la Cruz está a punto de destrozar lo que arrojaron esas ecuaciones. Lidera con holgura las Grandes Ligas en robos (36), con una decena sobre su más cercano competidor, Brice Turang.
En mayo, Sports Illustrated proyectaba que el nacido en Sabana Grande de Boya podía ser el primero en alcanzar el centenar de estafas desde que Vince Coleman lo hiciera en 1987 y dejaba abierto el escenario para el primer 40-100 (jonrones y robos).
El infielder ha logrado éxito en el 85% de los intentos de robarse las bases.
Sin embargo, la liga ha encontrado la forma para neutralizar a De la Cruz el último mes, tal como lo hizo en la segunda mitad de la pasada campaña.
En los primeros 45 partidos de la temporada «La Cocoa» bateó para .270/.370/.503 con nueve cuadrangulares y 30 robos en 35 intentos. Pero en los siguientes 23 choques ha caído a .154/.238/.253, solo pegó dos vuelacercas y hurtó cuatro almohadillas en cinco intentos.
Si bien su velocidad es incuestionable su capacidad para llegar a las bases es tarea pendiente para el jugador de 22 años. De la Cruz apenas recibe boletos el 10.8% de las veces que va al plato para quedar en el puesto 38 entre los peloteros que califican por el número de apariciones (Aaron Judge lidera con el 17%) en tanto que se poncha el 32%.
Su porcentaje de embasarse no para de bajar y ha caído desde ese .370 a mediados de mayo a .323 a la fecha para quedar en la casilla 76 en toda la liga.
Toca resetear en unos Rojos que van a medio partido del Wild Card y donde De la Cruz es parte importante en las aspiraciones de regresar a la postemporada como mostró la gerencia con los fichajes en la temporada muerta.
