El dramaturgo devenga una pensión estatal de 90 mil pesos, que no ha sido aumentada, pero su deteriorado estado de salud le obligan a consumir solo en tanques de oxígeno 76 mil pesos mensuales

Santo Domingo, RD08/01/2024 10:55 | Actualizado a 08/01/2024 11:05
Con 92 años de edad y luchando contra un cáncer de próstata y una metástasis ósea, la leyenda del teatro dominicano Franklin Domínguez tuvo que enfrentar, la semana pasada, los efectos del Covid-19, del que salió ileso por segunda vez.
Su nieta adoptiva Francisca Margarín, a quien se le conoce como “Carolina”, y su esposo Francisco Castro, quienes se han dedicado al cuidado del primer dramaturgo de la República Dominicana, cuentan al LISTÍN DIARIO cómo Domínguez logró sobrepasar la enfermedad, a pesar de las graves complicaciones de salud que padece.
“La primera vez que estuvo afectado por el temido virus fue en noviembre del 2022 y permaneció doce días ingresado en un centro de salud. En esta ocasión los síntomas nos alertaron y luego de una prueba salió positivo. Gracias a Dios que pudo salir de la enfermedad con un tratamiento aquí en la casa”, reveló Carolina.
El pasado mes de junio este periódico hizo pública la triste realidad que, en la postrimería de sus años, le ha tocado vivir al también actor.
Sus padecimientos de la enfermedad de alto costo han llevado a su nieta a solicitar la ayuda del Estado dominicano, llamado que no ha sido corroborado.
Franklin devenga una pensión por parte del Estado de 90 mil pesos, pero su deteriorado estado de salud le obligan a consumir solo en tanques de oxígeno 76 mil pesos mensuales, sumado a los demás medicamentos, alimentación y servicios, el dinero no les alcanza.
Carolina, quien siempre ha expresado un genuino amor por su abuelo, no solo por el cuidado que junto a su esposo ofrecen al artista, es que además el dinero que producen como pareja es consumido en los gastos de la enfermedad de su familiar, sumado al tiempo que dedican las 24 horas del día y los siete días de la semana.
LO HAN OLVIDADO
Carolina lamenta que para recibir la mínima ayuda tenga que exigir y “mendigar” con frecuencia a alguna institución del estado.
“Cuando salió el primer reportaje recibí muchas llamadas de instituciones que se comprometieron a ayudarme, pero nada de eso se concretó. Los gastos de Pa son exorbitante, aquí se consumen los dos sueldos que ganamos Junior y yo, y nos vemos limitados a darle una vida de calidad a nuestro hijo, que también nos necesita, no solo en la parte económica, si no lo más importante en el tiempo, que lamentablemente nos tenemos para él porque nos hemos dedicado a cuidar a mi abuelo”, manifestó.
