El legendario actor Salvador Pérez Martínez (El Pera) se le escapó varias vece a la muerte en los tiempos de la dictadura trujillista, la revolución de abril de 1965 y en años posteriores. La primera, cuando era adolescente. No tenía mucha conciencia del por qué lo hacía, pero a los 12 años estuvo regando panfletos en contra del régimen de Rafael Leónidas Trujillo, junto a dos amiguitos cuando fueron apresados y recibieron varios palos y estrujones.

“Estando en la fortaleza, detenidos, se nos advirtió que no siguiéramos metiéndonos en esas cosas, que nos iban a estar vigilando. Les dije a mis compañeros que retomaremos la actividad la semana siguiente, pero mis dos compañeros me dejaron en mi casa, y ellos continuaron con la actividad esa misma noche, y al otro día los encontraron muertos en la calle Arzobispo Meriño”, contó El Pera.

La siguiente ocasión fue cuando presentó la obra teatral “Los Gavilleros”, en el Centro Social de Villa Francisca, la cual estaba prohibida por la dictadura.

En 1953 «el director español Julio Francés fue asesinado luego de advertirle que dejara el país por querer presentar esa obra en el país. Unos meses después yo me atreví y me encarcelaron”.

Otra vez fue por intentar poner una bomba, en un acto en donde estaría Trujillo, en La Romana. Salvador fue llevado preso entonces al Manicomio. Allí se encontró con el doctor Antonio Zaglul, de quien recibió protección, pero la orden superior era que le quitaran la vida y, desde que estuvo solo, recibió una inyección de trementina en una de sus piernas.

Su padre de crianza hizo gestiones con un amigo suyo, que era secretario de Héctor Bienvenido “Negro” Trujillo (hermano del dictador), para buscarle una salida a la situación.