EL HOTEL MONTAÑA, como dice la canción.. «Ruinas que ayer fueron gloria»

Recopilacion: Cesar Portes

JARABACOA. En medio de las montañas y el clima templado de Jarabacoa, una edificación se resiste a perder el esplendor con que se erigió hace ya 68 años. Los detalles en caoba que le adornan prueban del glamour que caracterizó sus años mozos e intentan mantenerse inmunes al deterioro que afecta sus estructuras.

.El Paraíso de los enamorados

Hace 70 años, se construyó uno de los hoteles más modernos y elegantes en la zona norte de la República Dominicana durante la dictadura de Rafael L. Trujillo. Se trata del hotel Montaña, inaugurado el 13 de agosto de 1949, en el paraje El Puerto del municipio de Jarabacoa, provincia La Vega, situado a 145 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo. Fue construido en dos niveles, con área de piscina, dispensario médico, un bar diseñado en roble americano, entre otras. Según un documento suministrado por la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (CORPHOTELS), entidad que administra los hoteles del Estado, desde 1971, informa que estas instalaciones abarca un área de construcción total de 4,014.87 metros cuadrados.

En representación del Poder Ejecutivo, encabezó la ceremonia de inauguración el señor Virgilio álvarez Pina, secretario de lo Interior, general de brigada, asesor de la junta central directiva del Partido Dominicano y presidente de la junta de administradores de los hoteles del Estado, quien dio el discurso central, mientras que la bendición del acto estuvo a cargo de Monseñor Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor de Santo Domingo. Fungieron como padrinos del mismo, la señora Lucila Sánchez de Alvarez Pina y el embajador de España Manuel Aznar, quien ofreció un discurso por la apertura de este majestuoso hotel. El Montaña fue construido a un costo de 225 mil pesos y era considerado como uno de los mejores hoteles de turismo en América Latina.

Por el clima fresco que posee Jarabacoa, se le instaló una chimenea a la recepción del hotel para usarse en los días de invierno. En su inicio contaba con 25 dormitorios de dos camas cada uno y 7 de una cama doble. Además, de una suite presidencial, que se encontraba en el extremo norte de la segunda planta. El comedor del Montaña tenía la capacidad para cuarenta y seis personas, el cual conectaba con dos amplias puertas con el comedor-terraza, considerado como uno de los más encantadores detalles que poseía este ícono de posada montañés.

El diseño original del hotel Montaña estuvo a cargo de los arquitectos Hermanos González y su construcción fue realizada por el arquitecto Bienvenido Martínez Brea, la primera planta tenía un forro decorativo exterior en piedras naturales de la región, mientras que la planta alta, era de madera barnizada y su techo de tejas. El estilo arquitectónico del hotel era tipo montañés.

En sus inicios este sitio era el lugar perfecto para consumar el matrimonio, el elegido por la mayoría de los recién casados para disfrutar de su luna de miel. El Montaña era el ideal para vacacionar en familia o con amistades. Pero además, era escenario de grandes festivales, concursos, conferencias, reuniones importantes, entre otras actividades que se daban cita en esta emblemática zona de frondosos pinares del Valle de la Vega Real.

Sin embargo, con el paso del tiempo fue perdiendo su esplendor. Uno de los diarios del país, de abril de 1967, reseña las precariedades con las que funcionaba, su alojamiento era caro, la comida de mala calidad, los baños no tenían agua caliente, la piscina permanecía casi siempre vacía, por tal razón las visitas eran reducidas. Además, no existía un atractivo de diversión que no fuera el hermoso paisaje de la cordillera Central, que se podía observar desde la terraza. A lo mejor los viajeros necesitaban de otros entretenimientos que había en la época.

Tras varios años de deterioro y descuido, en marzo de 1969, el gobierno de Joaquín Balaguer anunció un proceso de acondicionamiento del hotel Montaña, por el valor de RD$ 65,000, los cuales incluían anexos, decoración, mobiliario y algunas reparaciones de las áreas afectadas. A pesar de esa remodelación anunciada, a principios de julio de 1973 las condiciones de esta posada eran las mismas o peores, debido al aspecto deprimente que tenía. Así lo explica un reportaje publicado en un diario local de la época, sobre los deficientes servicios que se brindaban allí. Pasados dos semanas de aquella publicación, fue anunciada su remodelación y ampliación para mejorar los servicios a los vacacionistas. Dentro de la ampliación de la infraestructura, incluía la construcción de 35 nuevas habitaciones. El administrador del hotel en ese entonces, era el mexicano Josep Prieto…