Era como cualquier otra persona, de contextura fuerte, morena, con una paño en al cabeza, pide una biblia Reina Valera 60, típica solicitud de quien es nuevo en el cristianismo.
Le muestro las opciones, elige una y realiza el pago. cuando ya iba casi marchándose, sentí en el corazón hacerle una pregunta, no es algo tan habitual, ya que siempre las personas comentan por sí solas sus situaciones.
- ¿Cómo llegó al cristianismo?
Me mira fijamente, y me contesta, – soy hija de un padre Haitiano y una madre Dominicana y esta combinación para mí fue sumamente difícil, sufrir el desprecio de mi madre, tanto maltrato físico como verbal y psicológico. Me hacía ver en todo momento que no me amaba, quizás producto de su niñez o de la misma situación en que me parió. Hasta que a cierta edad mi madre me vendió al mejor postor.
Él me trataba peor que mi madre, golpizas hasta casi desmayar; vivir con él era como vivir en una casa del terror. Tuve 3 hijos y seguí el patrón de mi madre, los maltrataba, era lo que había aprendido.
Un día fue de una golpiza inolvidable con palabras soeces, de esas que duelen en el alma, fue la gota de agua que derramó el vaso, ese día fue decisivo para tomar una decisión, ¡Me escapé!
Ahí supe lo que era ser una mujer de la «vida alegre», aprendí como venderme, como tener «libertad», una libertad que no era real. En ese mundo conocí las drogas y el alcohol.
Un tiempo después me topé con una actividad, una campana evangélica, en medio de mi oscuridad vi la luz, encontré lo que le hacia falta. En ese momento no sabia lo que era exactamente, pero sabía que ya no era la misma. – me dijo la Señora mientras se sonreía.
- De ahí en adelante mi vida cambió. Ver como Dios fue poniendo en cada área fue algo extraordinario.
Aunque mis hijos se habían alejado por mis maltratos fui buscándolos poco a poco y reencontrándome con ellos.
Me lastimaba ver como mi hija repetía mi mismo patrón, de maltrato, sumida en el alcoholismo, llevando una vida perdida.
Yo ya lo visualizaba diferente, mi vida no era igual.- Me seguía contándome con brillos en sus ojos.
Mi madre que me impulsó a ésta vida de infierno, enfermó, y ésta fue la oportunidad de cuidarla y mostrarle el amor de Dios.
Mis nietos maltratados, ahora son cuidados por mí, en amor, por que ya tengo amor para dar.- así finalizó su historia y se fue.
Dios obra grandemente en nuestras vida y al ver las de otras personas que llegan a la librería, contándome sus cambios, certifico su mano poderosa, y me motiva cada día mas a seguir con este ministerio de llevar la palabra escrita en nuestra ciudad de primicias en Dominicana.
Espero que me cuentes la tuya y ver como Dios transforma nuestras vidas, nuestro carácter.
¿Cómo te encontraste con Dios?
¿Cómo ha obrado en tu vida?
¡ Los leo !
Yersinia Rincón
Instagram
LibreriaShalombyofimoya
What 809-242-0709
